Juan de la Cruz (1542-1591), santo de la Iglesia católica y maestro espiritual universal, responde a la gran necesidad de los cristianos de su tiempo describiendo las etapas de la vida mística de unión de Dios: de la noche de los sentidos a la noche del espíritu, para llegar a la unión transformadora en la que el alma se vuelve semejante a Dios.