Un tren de largo recorrido transporta hacia un norte extremo e incierto, en una madrugada lenta e inexorable, a un grupo incongruente de viajeros somnolientos. Un trineo tirado por perros devuelve a un hijo y a su padre hasta un hogar provisional, el único que tienen. Entre estas dos imágenes transcurre la ficción, en un tiempo que ha visto disolverse en nada las grandes certezas, en un lugar donde la desolación toma la forma de inmensas llanuras heladas. Sus personajes se enfrentan a un escenario hostil para aprender la más elemental de las verdades: vivir es, ante todo, sobrevivir. Ambientado en un momento histórico reconocible y en un territorio que apenas oculta su deuda con las geografías boreales, este relato trenza varias historias enhebradas por la lucha cotidiana de un viejo maestro empeñado en salvar lo que resta después de haberlo perdido casi todo y que no renuncia a seguir jugando al ajedrez con la ausencia. La apuesta decidida por una atmósfera poética y por la desnudez casi alegórica de la trama hacen de esta novela un viaje insólito y una experiencia memorable. 10