Michael, que vive en Matalascañas, fue captado cuando era estudiante en Cambridge como agente de la CIA. Un día acude a su retiro un miembro de la Agencia para una última misión: vigilar a un hombre de negocios de Boston y a su joven esposa que van a hacer un crucero por el Mediterráneo. El espía nunca hubiera aceptado, pero esa joven esposa es para él una vieja conocida.