En el clima de cerrazón cultural de la Roma del Papa, Giuseppe Gioachino Belli (1791-1863), un oscuro empleado de la administración pontificia frecuentador de polvorientas academias literarias, escribe de forma semiclandestina 2.279 sorprendentes sonetos en romanesco, el dialecto de su ciudad. En cada uno, un narrador en primera persona nos habla de sexo, violencia, religión, y de la miseria, la muerte y los abusos del poder, ejecutando una vasta diversidad de registros, desde la comicidad más desenfrenada a la más intensa meditación filosófica. El conjunto de sus versos constituye una obra polifónica, impactante, atemporal, de altísima calidad poética, un caso muy peculiar de uso literario de una lengua subalterna que nos da una visión desde abajo de las grandezas y miserias de una ciudad y nos revela los impulsos más íntimos y ocultos de nuestras conciencias. Estamos, en fin de cuentas, ante una obra cumbre de la poesía europea de todos los tiempos, que aquí presentamos por primera vez en una antología anotada para el lector español.