Es primordial Enseñar a las personas a Pensar, cuando éstas empiezan a tener uso de razón. Lo mismo hace la madre enseñando a dar los primeros pasos a su bebé, cuando ya es capaz de sostenerse en pie, con su ayuda. Empezar unos años más tarde no tendría sentido. Adecuar el proceso de enseñanza-aprendizaje al momento evolutivo del alumno es el principio educativo más idóneo que se puede tener en cuenta. El presente trabajo no sólo lo ha tenido en cuenta, sino que lo está permanentemente desarrollando en toda la obra. Y lo ha hecho con éxito. Porque ha adaptado un Programa de Aprender a Pensar (El Proyecto Inteligencia de la Universidad de Harvard), destinado a alumnos de Educación Secundaria Obligatoria, a edades más tempranas, cuando las personas empiezan a adquirir lo que comúnmente llamamos el uso de razón (desde los ocho años en adelante). Y no ha sido una adaptación teórica de despacho o de investigación para una tesis doctoral, sino que es el fruto de una aplicación práctica realizada con unos alumnos escolarizados en un Centro Rural Agrupado (C.R.A.), cuyo sector educativo, en ocasiones, pasa más bien desapercibido, incluso para la Administración Educativa, en cuanto a dotación de recursos, por aquello de la lejanía física (y educativa) de los administradores. Precisamente éste es el objetivo que se propone la presente obra: Enseñar estrategias de pensamiento que luego apliquen y utilicen en sus consiguientes aprendizajes. Así conseguiremos que los alumnos y alumnas adquieran y desarrollen un aprendizaje significativo, práctico, útil para sí mismos y para la sociedad, en vez de memorizar fríamente un cúmulo yuxtapuesto de datos asépticos, que pueden estar muy bien almacenados y organizados en cualquier libro, biblioteca o disco de ordenador. Pidámosles a nuestros alumnos menos fijación de datos inconexos en sus cabezas y una mejor capacidad para utilizar dichos datos con una finalidad determinada. De esta manera estaremos educando a personas que piensan -y lo harán bien-, cultas, inteligentes y, en definitiva, libres. «La educación, hasta ahora -señala el doctor Alberto Machado- se ha basado en la premisa que es posible enseñar a las personas contenidos culturales y normas de convivencia... Pero, ¿dónde podrá llegar el hombre en el futuro, si el sistema educativo asume como objetivo directo y sistemático la enseñanza de la inteligencia?» El desarrollo de la inteligencia, y posterior fusión, de estos programas de Enseñar a Pensar en los currículos educativos puede ser una sugerencia valiosa para mejorar la inteligencia de todos nuestros estudiantes. Entonces, estaremos enseñándoles a pescar, en vez de darles el pez ya pescado. Ojalá seamos capaces de sacar a flote una próxima generación de buenos pensadores. Se presenta la estructura organizativa diseñada por los autores originales del P.I.H., de tal manera que el proyecto se compone de seis volúmenes y en cada uno de ellos se trabajan estrategias concretas para cumplir los objetivos antes señalados. El Proyecto de Inteligencia Harvard para Educación primaria está compuesto por 6 cuadernos: Fundamentos del Razonamiento. Comprensión del Lenguaje. Razonamiento Verbal. Resolución de Problemas Matemáticos. Toma de Decisiones. Manual de información.