¿Qué puede hacerse frente a un mal día, cómo superar la mala hora, la falta de café y de cereal, el intento fallido de leer el periódico? Alejándose de las respuestas simplistas el ilustrador alemán ofrece una alegoría que invita a reflexionar sobre la simpleza de la vida y el bienestar que puede encontrarse en las simples cosas.