En Veinte mil leguas de viaje submarino, Julio Verne nos presenta a uno de sus personajes más logrados, patéticos y humanos, el capitán Nemo, especie de trágico holandés enante que vaga sin rumbo de una parte a otra del mundo, en un sorprendente submarino, el Nautihís, que se sumergía en mares subterráneos quiméricos para investigar bosques mannos colmados de algas gigantescas y de corales relumbrantes.