Este libro pretende explicar la razón, por la que una potencia militar, hasta ese momento reputada de poseer una de las mejores infanterías del mundo, era sometida por una potencia económica, que tenía una armada, pero carecía de ejército. Y la derrota fue naval, pero también en operaciones terrestres. Un cuerpo expedicionario de veinte mil hombres invadía Cuba, que contaba con una guarnición de doscientos mil. Me presentaré, llegué al 98 por mifamilia: Mi bisabuelo, el padre de mi abuela paterna, era puertorriqueño,estuvo presente en la invasión de Puerto Rico con empleo de capitán. Mibisabuela, la madre de mi abuelo paterno, era cubana, heredera con sus hermanosde una plantación de azúcar, que la familia perdió en el 98. Su padre fuedirector del Hospital Militar de La Habana y una autoridad en la época sobre la fiebre amarilla. He estudiado durante cinco años losacontecimientos de la primavera y verano del 98, recurriendo a las fuentes. Unade las fases más lentas de la investigación, fue estudiar los expedientespersonales de los oficiales que hicieron las campañas, que se guardan en elArchivo Histórico Militar del Alcázar de Segovia. Ojeando un expediente,encontré un documento ológrafo, que en mi opinión es una de las claves deldesastre militar.