Respuestas humanas al universal amor de Dios, sin elecciones ni privilegios por Su parte, todas las religiones deben buscar la máxima comunión posible. Sólo compartiendo lo que creen mejor, en un diálogo lleno de respeto y siempre dispuesto a dar y recibir, pueden ir acercándose a la inagotable riqueza del Misterio. Él es el único centro verdadero que a todas descentra en la justa medida en que lo acogen, y en ese mismo movimiento va produciendo su convergencia posible, uniendo sin imponer y acercando sin abusar. Comprendido así, el diálogo no pide el desdibujamiento de la propia identidad. Lo qu exige es únicamente mantenerla abierta, porosa y receptiva: semper reformanda, siempre en trance de reforma. La experiencia muestra que todo avance en la comunión sólo mata las identidades narcisistas, mientras que enriquece la verdadera identidad. Ésta no está nunca en el pasado muerto, sino delante, en el futuro de Dios, que es siempre llamada a la conversación y promesa de una mayor plenitud. ANDRÉS TORRES QUEIRUGA, profesor de Teología Fundamental en el Instituto Teológico Compostelano, y de Filosofía de la Religión en la Universidad de Santiago, es miembro de la Real Academia Gallega y Director de Encrucillada. Revista Galeg4a de Pensamento Cristián. Autor de numerosos libros y artículos, ha publicado en esta misma colección: Creo en Dios Padre (5ª ed.: 1998), Recuperar la salvación (2ª ed.: 2001), Recuperar la creación (3ª ed.: 1998); Fin del cristianismo premoderno (2001) y Esperanza a pesar del mal (2005).