“El 11 de marzo del 2004, se produjo en Madrid una cruenta masacre ejecutada por trece terroristas islámicos a los dos años y medio, treinta meses o 911 días de la gran matanza del 11-S, cuyo modus operandi se pretendió imitar al hacer estallar sincronizadamente cuatro trenes en vez de cuatro aviones. Tres días después la mayoría del cuerpo electoral español acudió a votar en un clima de incertidumbre, sin saber muy bien quienes eran en realidad los causantes de la masacre. La sociología política demuestra que este último factor, la incertidumbre, es el que más puede deslegitimar a un Gobierno, haciendo que los ciudadanos pierdan la confianza que antes depositaban en él”