En un rincón de la calle Paradís hay una piedra de molino que recuerda la cima del monte Tàber, el lugar más alto de la ciudad romana y desde donde los hombres del emperador Augusto empezaron a construir la ciudad que llamaron Iulia Augusta Faventia Paterna Barcino. Desde entonces son muchas las anécdotas y curiosidades que esta ciudad nos ha dejado. Al leerlas, el lector podrá trazar un recorrido emocionante por nuestra historia y de esta manera entender mejor la realidad que le envuelve.