La proclamación de un Año Santo Extraordinario o Jubileo de la Misericordia nos invita a descubrir y celebrar al Dios de la misericordia que en Jesús se nos ha revelado en toda su originalidad y plenitud. Estas celebraciones son una aportación a las comunidades cristianas para adentrarse en la ternura del corazón de Dios. El comentario a la Palabra está extraído de la bula de convocatoria del Año Jubilar, Misericordiae vultus.