Yo no es que sea humilde, señores; es que no soy nada, sólo un profeta muy pequeño que sólo quiere el anonimato, no vaya a ser que mi nombre sea más grande que mis profecías y resuene como vanidad en una caverna hueca.
Yo no es que sea humilde, señores; es que no soy nada, sólo un profeta muy pequeño que sólo quiere el anonimato, no vaya a ser que mi nombre sea más grande que mis profecías y resuene como vanidad en una caverna hueca.