Sobrevivió a una dura infancia en Afganistán junto a su padre, general del Ejército Nacional Afgano, que fue asesinado por los talibanes cuando Nadia tenía 12 años. Su madre decidió escapar de Afganistán con sus cinco hijas. Llegaron hasta Pakistán pagando a un traficante y desde allí a Italia usando pasaportes falsos. Se escondieron en un camión y llegaron a Inglaterra donde solicitaron asilo y donde Nadia descubrió su pasión por el fútbol. Se convirtió en la primera nacionalizada danesa en jugar en la selección de Dinamarca.
Nadia ha marcado casi 200 goles en el fútbol profesional y ha representado a la selección danesa en 98 ocasiones.
Ha terminado medicina y está estudiando para convertirse en cirujana reconstructiva cuando su carrera profesional en el fútbol toque a su fin.
Habla 11 idiomas con fluidez y está en la lista Forbes de las mujeres más poderosas en los deportes internacionales.