«Solo quiero que estéis advertidos que para aprovechar mucho en este camino y subir a las moradas que deseamos, no está la cosa en pensar mucho, sino en amar mucho; y ansí lo que más os despertare a amar, eso haced.
Quizá no sabemos qué es amar, y no me espantaré mucho; porque no está en el mayor gusto, sino en la mayor determinación de desear contentar en todo a Dios y procurar en cuanto pudiéremos no le ofender y rogarle que vaya siempre adelante la honra y gloria de su Hijo y el aumento de la Iglesia Católica. Estas son las señales del amor».
(Sta. Teresa, Moradas, IV, cap7. En nota a I Cor 13, 8-13 en t. 7 de Eunsa)