«Una dificultad para vivir la unidad y la caridad es que» (en la compañía) la mayor parte han de ser gente de letras, y la ciencia hincha y cría en el hombre estima de sí mismo y desestima de otros, y cría también dureza de juicio; y Sto. Tomás dijo que los letrados no suelen ser tan aplicados a la devoción como los sencillos. Y así se puede con razón temer no venga a ser esto causa de que no se unan ni hermanen tanto entre sí, queriendo cada uno seguir su opinión y parecer, y echar por su vereda y procurar honra y estima para sí, que suele ser raíz de gran desunión y división.»

(P. Alonso Rodríguez, “Ejercicio de perfección y virtudes cristianas”, p. 249)