Parece que los días difíciles se llenan de obstáculos… La ira no arregla nada, es un escape. Hay muchas probabilidades de que nos encontremos con situaciones irritantes: un coche muy lento, un enfado por malentendido, un giro inesperado, un retraso molesto… Esos días me irrita especialmente el pago de género con monedas en los supermercados…