El príncipe relata su estadía en una pequeña aldea Suiza, después de comentar que disfrutaba mucho la compañía de los niños y lo inteligentes que eran éstos al entender cosas que los adultos no entendían, y cómo él aprendía cosas de ellos y no al revés ( opinaba que todos debieran aprender de los niños). La anécdota que contó se trataba de una mujer caída en desgracia a la que todo el pueblo despreciaba (había ido en pos de un hombre, pero éste la había dejado al poco tiempo, obligándola a volver luego junto a su madre), y que tenía a su madre enferma. La gente no le daba trabajo, y poco a poco se fue quedando sin dinero para sus necesidades y las de su madre. Empezó a cuidar animales a escondidas, para que los granjeros supieran que podía. La madre murió, dejando a la mujer sola, y además enferma (tuberculosis). Los niños se reían de ella cada vez que la veían pasar, y le tiraban piedras. El príncipe los vio, y les habló para que no lo hicieran más, les hizo entender que era buena persona, y que merecía ser querida. Los niños la empezaron a saludar, le llevaban comida a escondidas de sus padres y le regalaban ropa. Los adultos de la aldea empezaron a prohibir a los niños que la fueran a ver, pero iban a escondidas. El príncipe también la visitaba, y le conversaba, porque le tenía profunda lástima. Antes de que la mujer muriera, el príncipe la besó en los labios, producto de la inmensa compasión que le tenía a la mujer. (Importante para comprender el efecto Nastasia Filíppovna)
El idiota (en ruso: Идиот, Idiot), en algunas ediciones en castellano llamada El príncipe idiota, es una novela escrita por el autor ruso Fiódor Dostoyevski. Fue publicada originalmente en serie en El mensajero ruso entre 1868 y 1869. El idiota está considerada como una de las novelas más brillantes de Dostoyevski y de la «Edad de Oro» de la literatura rusa. No fue traducida al inglés hasta el siglo XX.