A un examen eliminatorio de inglés para la admisión en la Escuela Oficial de Idiomas, se presentaron más de 800 alumnos para cubrir un total de 90 plazas.
El examen duraba dos horas y cada alumno recibía una libreta azul.
El profesor, que era muy recto, anunció que si la libreta del examen no estaba sobre su pupitre después de dos horas exactamente, no se aceptaría y el alumno suspendería.
Media hora después de empezar el examen, un alumno entró a realizarlo y le pidió una libreta al profesor.
El profesor: «No le va a dar a Vd. tiempo a terminarlo». (Y le dio la libreta)
El alumno: «Sí que lo terminaré». (Se sentó y empezó a escribir)
Después de dos horas, el profesor pidió las libretas, y los alumnos, en fila, las entregaron. Todos menos el que había llegado tarde, que continuó escribiendo.
Media hora más tarde, éste se acercó a la mesa del profesor e intentó poner su libreta encima de las que ya estaban recogidas.
El profesor: «Ni lo intente, no puedo recogérsela. Ha terminado Vd. tarde».
El alumno: (Mirándolo furioso e incrédulo) «¿Sabe Vd. quién soy?».
El profesor: (Con un tono de voz sarcástico) «No, no tengo ni idea».
El alumno: (Apuntándose a su propio pecho con su dedo y arrimándose al profesor de manera intimidante) «¿De verdad, no sabe Vd. quién soy?».
El profesor: (Con un aire de superioridad) «No lo sé, ni me importa».
El alumno: «Bueno, pues me parece muy bien». (Perdió su libreta entre las demás y se marchó de la clase)