Ayer soñé que Shakira y mi mujer se peleaban por mi. ¡Qué pesadilla! 
¡Qué pesadilla! ¿Por qué? 
Porque ganó mi mujer.
 

 Tenemos una pareja en el barrio que son realmente inseparables.
¿Inseparables en estos tiempos que corren?
Sí, el otro día hicieron falta cinco policías y un perro para conseguir
separarles.    

 

 Cuando
me peleo con mi marido le amenazo con irme a vivir con mi madre.
Pues, yo, en cambio, le amenazo diciendo que mi madre vendrá a vivir conmigo.

 Mi
mujer es insoportable.
Pues, enséñale los dientes.
¡Imposible! Ya lo hice una vez y me quedé sin ellos.
 Ayer
discutí con mi mujer y como siempre yo dije la última palabra.
¿Qué dijiste?
¡Cómpratelo!, ¡cómpratelo!

 ¿Sabes
que a mi marido le vuelvo loco en la cama?
¿Sí? ¿Qué le haces?
Le quito el mando a distancia. 
 ¿Sabes
que Pedro está en el hospital?
Pero, si ayer le vi con una rubia imponente.
Ya, pero su mujer también lo vio.
    
 Pepe,
¿qué tal ese viaje por Andorra?
Estupendo; qué campos, qué valles, qué comercios, …
¿Y las andorranas, qué?
Pues mira, desde que me operé estoy «divino». 
 ¿Es muy
charlatana tu esposa?
Muchísimo. Tengo la seguridad de que si me quedara sordo, ella tardaría por lo
menos una semana en enterarse.
  
 


Sigue… 

Oye,
Pepe, ¿qué hora es?
Hora de que me pagues lo que me debes.
Chico, no creí que fuese tan temprano.

 Paco,
mira, una piedra preciosa. 


Preciosa, si es un ladrillo.

Pues a mí me gusta.

 Mi
mujer me ha abandonado porque juego al póker.

Oye, ¿cómo se juega al póker? 

Me
gustan tanto las aceitunas, que me como hasta los huesos.
Pero, ¿es que tienen hueso?

 Hombre,
Paco, con lo analfabeto que tú eres, ¿dónde vas con ese libro?
Lo he encontrado en el parque y se lo llevo a su propietario.
¿Le conoces?

No, pero su nombre está escrito en la portada: Miguel de Cervantes.