Los caminos de Dios…
A Paulo Coelho le cambió la vida hacer el Camino de Santiago. Lo repitió ayer en la capital gallega, a donde viajó para celebrar que realizó aquella decisiva ruta hace veinte años. Pero ahora no llegó a la ciudad del Apóstol caminando, sino en coche, porque afirmó con rotundidad que no volverá a hacer esta peregrinación en ningún caso, porque «hay cosas que sólo se hacen una vez».
Reconoció que llegó a pensarlo en estos años, pero que desistió. Y apuntó que como escritor intenta «ser directo sin ser superficial, como es el Camino. Por eso no quiero hacerlo de nuevo». El escritor brasileño, que según datos de su editorial española, Planeta, ha vendido 56 millones de ejemplares de sus obras desde que en 1987 publicó El peregrino de Compostela , su obra talismán y la estrella que lo lanzó internacionalmente, explicó ayer que si bien soñó desde niño con ser escritor, no fue hasta llegar a Santiago, hace dos décadas, cuando lo decidió.
«Me di cuenta (al culminar la peregrinación) de que el Camino empezaba aquí, que no era donde acababa, sino donde empezaba todo, e intento no perder su significado». Y es que aquel descubrimiento le enseñó que el peregrinaje no acaba, que vivir es una peregrinación.
Por eso anunció que esta visita se inscribe en un viaje más largo que emprendió el pasado día 20 con su esposa, y que tiene su final en Siberia, en Vladivostok. Tiene claro que va a durar tres meses, pero no por qué rutas discurrirá ni en que lugares recalará para llegar finalmente al destino que se fijó: «Sólo sé que me propuse viajar tres meses a donde me lleve el viento».
Para dar idea de su capacidad de improvisación, contó que tenía previsto viajar a Santander desde Compostela, pero que hace día y medio cambió de idea y se va a Fátima y de ahí a Vitoria, donde debe estar el 3 de abril para recoger un premio que le concede el ayuntamiento de la capital vasca.
Sobre si de esta aventura hacia la estepa saldrá un libro contestó categóricamente que no y aclaró: «Sólo viajo cuando suspendo mi actividad literaria, y ahora lo hago porque el libro ya está escrito, lo terminé, pero no quiero adelantar nada de él» Lo que no suspenderá son sus colaboraciones semanales en la prensa, para contar sus experiencias.
Coelho confesó que es «un poco adicto» a Internet, y que hoy revisó sus correos electrónicos «que se me acumulaban desde hace ocho días, porque con tanto ir y venir no tuve tiempo de navegar por la red, lo que no deja de ser un poco surrealista».
Este autor de 57 años (veinte dedicado a escribir) convertido en uno de los que más vende del planeta, indicó que no intenta averiguar cuál es la fórmula de su éxito, que atribuye a su estilo directo, pero reconoció que le sorprende que su primera novela, El peregrino de Compostela , se sigue vendiendo. La fidelidad de sus lectores le importa más que lo que digan de su obra en ámbitos académicos o críticos «porque para mi los críticos son los lectores, y no se puede contentar a todos».
(Firma: Concha Pino | Lugar: Santiago)