VIRUTAS DE MADERA PRECIOSA:

LA «HONESTIDAD» sin compasión
sin comprensión no es honestidad, sino hostilidad sutil. 
INVITACIONES A COMER

UNA SEÑORA HABLANDO DE «OTRO» SACERDOTE decía, durante una comida:
Qué santo es Don Fulanito. Casi no come nada…
 Oscar Wilde, que cultivaba la insolencia, cuando le invitaban a una reunión o cena a la que no pensaba asistir, enviaba una tarjeta impresa que decía: 
«Mr. Wilde, retenido por un compromiso posterior, no podrá estar con ustedes.»
Tristan Bernard era más lacónico, pues cuando le invitaban a una cena respondía:
 -Gracias, pero no tengo apetito.