¿Por qué casi siempre hace mal tiempo en Semana Santa? La respuesta, probablemente más poética que científica, la leí en Josep Pla, en Las horas, libro que no me cansaré nunca de recomendaros.
Como sabéis, la Semana Santa, o mejor dicho el día de Pascua de Resurrección, es una fiesta móvil, cada año cae en diferente fecha. ¿Cómo se fija? Desde el Concilio de Nicea (hace casi 1.700 años), así: la Pascua de Resurrección es siempre el primer domingo después de la primera luna llena posterior al equinoccio de primavera. Este año se ha producido algo insólito, poco frecuente, la Semana Santa probablemente más temprana de nuestra vida: el equinoccio de primavera se produce siempre en el hemisferio norte entre el 20 y el 21 de marzo, el mismo 21 hay este año luna llena y por eso el domingo 23 es este año Pascua.
Y en ese equinocio y en esa luna llena que siempre antecede a la Pascua está, según Pla, el origen del tiempo desapacible de estas fechas. Escribe Pla:
“De niño, no podía explicarme el melancólico y triste aspecto que tienen los días y sobre todo las noches de Semana Santa. Son los días más tétricos del año. Aunque de día haga sol y buen tiempo, sus horas transcurren como tocadas por una sombra opaca vagamente teñida de violáceo o de verde fosforescente. Pero recuerde lo que decíamos hace un momento. En primer lugar, la Semana Santa está, de cerca o de lejos, íntimamente ligada con el equinoccio de primavera, que es el tiempo indefectible de marejadas y de accidentes meteorológicos dramáticos. Y después, estando la Pascua situada después del plenilunio, los días inmediatamente anteriores a la festividad son días de luna vieja, es decir, de luna menguante (…) que es la fase triste, esmortecida y cadavérica de la luna”.
Josep Pla, en Las horas
No sé si tiene mucha base científica, pero sonar suena bien.
Fuente: 20 Minutos.