ALGUNOS LLAMAN FANATISMO al objetivo de algunos de “SER EL MISMO SIEMPRE”, esto es, sin cambios totales, al variar las circunstancias de la vida.
Cuenta Paco Lobatón (‘Quién sabe dónde’) la siguiente historia…
Imagine que tiene usted una familia. Un día decide desaparecer sin dejar rastro (por los motivos que sean, reprochables o no, pero que ahora no vienen al caso). Cambia usted de ciudad, de identidad y de vida. Forma una segunda familia (que desconoce la existencia de la primera, y viceversa). Vive con relativa placidez. Pero, ¡ay!, una noche enciende la tele para ver un programa del que todo el mundo habla —’Quién sabe dónde’, que busca (con éxito) desaparecidos por toda España— y el corazón le da un vuelco: «¿Y si en el próximo programa vienen a por mí?», se pregunta.
Desde entonces, cada lunes por la noche se produce el siguiente ritual doméstico: 1) suena la melodía de ‘Quién sabe dónde’; 2) sugiere usted cambiar de canal; 3) su familia número dos insiste en seguir viendo a Paco Lobatón; 4) ve usted el programa con los nervios crispados, con creciente malestar interno, al borde del telele. Cada vez está más convencido de que su familia número uno se pondrá en contacto con ‘Quién sabe dónde’ y le acabarán descubriendo. Decide atajar el problema de raíz: llama por teléfono a Paco Lobatón y le suplica que no le busque…