EXCUSAS ÚTILES PARA LA OFICINA. 
 Siempre se ha hecho así. No sabía que lo necesitara con tanta urgencia. Nadie me dijo que lo hiciera. Estaba esperando su permiso. ¿Cómo iba a saber que esto era diferente? Este es su trabajo, no el mío. Espera hasta que vuelva el jefe y pregúntale.
Sigue con otras historias jocosas… Sinceridad: Toda la verdad sobre el atropello y Soberbia: Vanidad femenina

Soberbia: Vanidad femenina

La señora, algo nerviosa pero muy halagada, dice a su marido: “- No te des la vuelta, ni vayas a hacer algún escándalo, Poseidón, pero el elegante caballero que está en aquella mesa no me ha quitado la vista ni un momento”.
“- Lo conozco – responde el marido sin dejar de comer -. Es un anticuario”
 
 
Sinceridad: Toda la verdad sobre el atropello
Un hombre se encuentra con un amigo y ve que el coche de su amigo está destruido y cubierto de hojas, hierba, fango y sangre. Le pregunta a su amigo, «¿Qué le pasó al coche?»
«Bueno,» le responde el amigo, «atropellé a un abogado».
«Eso explica la sangre,» dice el hombre, «..¿pero cómo es que también está cubierto de hierba, hojas y fango?»
«Bueno, tuve que perseguirlo un poco por el parque.»