A Father Donovan, que llevaba diecisiete años con los masai de Tanzania, un viejo cristiano le estaba explicando lo que es la fe:
– No es como cuando un blanco dispara y mata a distancia, simplemente moviendo un dedo. No. La fe se parece a cuando un león se lanza contra su presa. Su nariz, sus ojos y sus oídos la descubren. Sus patas le dan velocidad. Toda la fuerza de su cuerpo se pone en tensión para dar el salto terrible y el zarpazo mortal. Y cuando la víctima queda presa, el león la atrae hacia sí y la convierte en parte de sí mismo. Así es como mata el león. Así es como cree el hombre. Esa es la fe.-
Father Donovan pensó que lo entendía. La fe supone un esfuerzo, a veces doloroso, en busca de Dios. Nuestra alma se pone en tensión, como el león. Pero el anciano africano no había terminado. – Nosotros los masai no fuimos a buscarle, father. Ni queríamos que viniese. Nos dijo que teníamos que buscar a Dios. Pero fue Él quien nos buscó y nos encontró. Siempre nos creemos que somos el león. Pero, en realidad, el león es Dios.