Una leyenda china cuenta que un sabio vio a un anciano excavar los primeros metros de un túnel en la montaña.
– ¿Porqué haces eso?
– Porque quiero construir un túnel que llegue al otro lado de la montaña. Así el camino a la ciudad será más corto y se evitarán precipicios y asaltantes.
– Pero con esas herramientas y la edad que tienes, morirás sin haber avanzado demasiado.
– Es posible que muera pronto – respondió el anciano – pero tengo diez hijos que todos los días hacen algo de este trabajo. Cuando ellos mueran se habrá avanzado mucho más. Y entonces ya se habrán sumado mis nietos. Algún día la obra quedará concluida.
Por eso muchas madres, cuyo día hoy recordamos, continúan empecinadas, como la insistente viuda del evangelio ante el juez, en la tarea del servicio en la familia, muchas veces disgregada o desunida.