Tu fortaleza es mucho mayor de lo que crees. A menudo, subestimamos nuestra capacidad para enfrentar las adversidades, pero es en los momentos más difíciles cuando realmente descubrimos lo fuertes que somos. Esa fuerza interior que todos llevamos dentro, aunque no siempre la notemos, nos permite superar los desafíos más complejos y salir más fuertes del otro lado. Es fácil dudar de uno mismo cuando las cosas se complican, pero cada obstáculo que superas es una prueba de esa fortaleza que a veces ni siquiera sabías que tenías.
La fortaleza no siempre se manifiesta en grandes gestos o en momentos heroicos. A veces, se muestra en la forma en que continúas avanzando, incluso cuando las circunstancias parecen estar en tu contra. Es la capacidad de levantarte después de cada caída, de seguir creyendo en ti mismo cuando otros dudan, y de enfrentar el miedo con determinación. Cada pequeño acto de resistencia frente a la adversidad es un recordatorio de que tu fuerza es más grande de lo que piensas.
Al mirar hacia atrás en tu vida, verás cómo cada desafío te ha preparado para el siguiente, cómo cada lucha ha fortalecido tu carácter y te ha llevado a nuevas alturas. No subestimes lo que eres capaz de hacer. Dentro de ti hay una fuente inagotable de fortaleza, y cada día que decides seguir adelante es una muestra de ese poder inmenso.