Los aviones vuelan a altitudes elevadas por varias razones importantes, pero la principal es la eficiencia del vuelo. A altitudes más altas, el aire es menos denso, lo que significa que hay menos resistencia aerodinámica contra la aeronave. Esto permite que los aviones vuelen más rápido y con mayor eficiencia de combustible. Además, volar a altitudes más altas les permite evitar el tráfico aéreo y las condiciones climáticas adversas que a menudo se encuentran a altitudes más bajas. También puede contribuir a la comodidad de los pasajeros al proporcionar un vuelo más suave con menos turbulencia atmosférica. Por último, volar a altitudes más altas puede ser parte de las rutas planificadas para maximizar la eficiencia del vuelo y minimizar el tiempo de viaje.