Querido hermano,
Hoy me siento abrumado por la tristeza al recordar tu ausencia. A pesar del tiempo que ha pasado desde que te fuiste, siento como si fuera ayer cuando compartíamos risas, confidencias y momentos especiales juntos. Extraño tu sonrisa contagiosa y tu capacidad para iluminar incluso los días más oscuros.
Cada día que pasa, me doy cuenta de cuánto significabas para mí y cuánto te echo de menos en mi vida. Las pequeñas cosas que solíamos hacer juntos, como conversar sin fin o simplemente estar en silencio, se han convertido en recuerdos preciosos que atesoro en lo más profundo de mi corazón.
A menudo me encuentro pensando en las palabras que no tuve la oportunidad de decirte, en las conversaciones pendientes que nunca llegamos a tener. Me duele no poder verte crecer y evolucionar, no poder celebrar tus logros y estar a tu lado en momentos importantes.
La realidad de tu partida es difícil de aceptar y a veces me encuentro buscando señales de tu presencia, como si de alguna manera todavía estuvieras aquí conmigo. Sé que es una ilusión, pero el amor que siento por ti es tan profundo que a veces me cuesta aceptar que ya no estás físicamente a mi lado.
Aunque no puedo abrazarte ni escucharte, quiero que sepas que siempre llevas un pedazo de mi corazón contigo. Mantendré viva tu memoria compartiendo historias sobre ti y recordando cada momento que compartimos juntos.
Te extraño más de lo que las palabras pueden expresar, y espero que estés en un lugar de paz y felicidad. Siempre estarás en mis pensamientos y en mi corazón.
Con amor y añoranza.