La cuarta bestia corresponde al engranaje del nuevo orden mundial que, producto de la labor de muchos siglos y particularmente centrada en el siglo XX, dará lugar al surgimiento de un gobierno mundial dividido en diez naciones de Europa, con la Comunidad Económica Europea, o de diez reinos en las que el mundo quedará dividido según la propuesta del Club de Roma. Así pues, habrá diez reyes (reinos o naciones) que la Sagrada Escritura llama los diez cuernos de la bestia y que provendrán de un
resurgimiento de un imperio (del nuevo orden mundial) y dentro de ellos surgirá el undécimo cuerno que será, ni más ni menos, que el Anticristo, el plebeyo de satánica grandeza que hablaba Donoso Cortés.
Este cuerno pequeño crecerá de golpe y vencerá a tres de los diez reyes y los demás voluntariamente se le someterán.
De todo lo dicho afirmamos que el Anticristo será un rey universal que dominará una confederación de diez reinos o naciones del mundo. Este reino colosal será la expresión del sueño de la reconstrucción del imperio que ha estado latente en la mente de los grandes Estadistas Europeos. Carlo Magno, Napoleón, Hitler representan casos concretos de ello. Hoy en día el nuevo orden mundial con sus grupos de apoyo de la Masonería, del Consejo de Relaciones Exteriores, de la Naciones Unidas, del Grupo Beilderberg, del Club de Roma y de la Comisión Trilateral, están como fundamento para proyectar el poder político, económico y militar sin precedentes en el mundo y que aportará los elementos necesarios para que el Anticristo desencadene el gobierno más autoritario y terrible que la historia haya conocido.