Así las cosas, es tiempo de traer a colación lo que decía San Juan en su primera carta hablando del Anticristo: “Habéis oído que ha de venir el Anticristo y ahora muchos se han hecho anticristos… ¿Quién es el Anticristo sino el que niega que Jesús es el Hijo de Dios? Ese es el Anticristo el que niega al Padre y al Hijo.” (2, 18-22).
San Juan nos refiere tanto un Anticristo personal como una multiplicidad de anticristos. Pareciere que hay contradicción pero en realidad no existe tal, pues desde las autoridades judías del Sanedrín que le dieron muerte a Jesucristo, o más bien, desde Herodes hasta nuestros días, muchos se han vuelto anticristos.
Pero no olvidemos que el misterio del mal ha estado en marcha a través de los siglos y ha engendrado innumerables anticristos; y la masonería está a punto de dar su asalto final a través de la llamada “bestia de la tierra”(Apoc,13) que será una Iglesia falsa con un Papa falso, (ver artículo: Un Falso Cristo y Una Falsa Iglesia) y la “bestia del mar” (Apoc 13) que será, ni más ni menos, que el Anticristo encabezando el nuevo orden mundial mediante un gobierno mundial centralmente planificado.
Ya lo decía el historiador Donoso Cortés: “Si un pavor religioso no me impidiera poner los ojos en esos tiempos formidables, no me sería difícil apoyar en poderosas razones de analogía, la opinión de que el gran imperio anticristiano será un colosal reino demagógico, regido por un plebeyo de satánica grandeza, que será el hombre de pecado.”
También San Pablo en su segunda carta a los Tesalonisences identifica al Anticristo como “el hombre de pecado”, “el hijo de la perdición”, “el ánomos” (el hombre sin ley); el profeta Daniel, en sus visiones de los últimos tiempos le denomina “el devastador”, “el desolador”, y finalmente, San Juan en el Apocalipsis lo describe como “la bestia que surge del mar” y la “bestia que surge de la tierra”, que será su profeta.
Se cuestiona si el Anticristo será un movimiento o una persona. De acuerdo con la opinión de los padres de la Iglesia de los primeros siglos, el Anticristo o bestia del mar es una persona humana concreta. Y si bien es cierto que han existido grandes movimientos anticrísticos, la persona del Anticristo será la cabeza de un gran movimiento anticrístico, y que como estamos viendo, será el nuevo orden mundial apoyado en un gobierno mundial geopolíticamente dividido en diez reinos o naciones del mundo, o probablemente de Europa. Así pues, todo movimiento requiere de una cabeza que lo dirija y, a su vez, todo individuo requiere de un movimiento que lo impulse en igualdad recíproca. El ejemplo de Hitler y el Prusianismo Alemán, Mussolini y el Nacionalismo Italiano y Napoleón y la Revolución Francesa. Hoy hablamos del Nuevo Orden Mundial y su Jefe.