El Oratorio del Caballero de Gracia es uno de los grandes tesoros que esconde el centro de Madrid. Importante obra arquitectónica de Juan de Villanueva, su estilo netamente neoclásico recuerda una pequeña basílica romana.
Entre las maravillas que se cuentan en su interior, destaca la imagen del Santísimo Cristo de la Agonía, obra del siglo XVII, considerada como una de las mejores tallas del Señor en la Cruz que hay en Madrid.
El Oratorio pertenece a la Asociación Eucarística del Caballero de Gracia, fundada por Jacobo Gratii, el Caballero de Gracia, a finales del siglo XVI.
El fin principal de la Asociación es difundir la devoción a la Eucaristía, además de a María Inmaculada y a San José, Patrono del Oratorio.
El Santísimo está expuesto a lo largo de todo el día, a excepción de las horas en que se celebra la Misa. Por el recogimiento y tranquilidad de que se goza en el interior a todas horas, es un lugar muy apropiado para hacer oración ante el Santísimo.
La atención espiritual del Oratorio está encomendada a sacerdotes del Opus Dei.
El arte del Real Oratorio del Caballero de Gracia es deudor en gran medida del temperamento artístico de Jacobo Gratij, aunque él hubiera muerto en el siglo anterior a la construcción del Oratorio actual.
También se debe a la intervención de la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando.
Debemos citar igualmente al secretario de la Junta de Gobierno, José Lemayre: sin él y sus propuestas, como buen heredero del espíritu del Caballero de Gracia, no existiría hoy esta singular obra del arte neoclásico.
Jacobo Gratij, Protonotario Apostólico, Caballero de la Orden de Cristo, llamado el Caballero de Gracia, tenía un exquisito y amplio temperamento artístico que dejó como patrimonio a la Congregación por él fundada, hoy Asociación Eucarística del Caballero de Gracia.
A esto hay que añadir sus relaciones literarias: amigos o conocidos suyos eran Lope, Remón, Tirso, Sandoval…, y personajes de las Escribanías Reales como los Gracián o los hermanos Gante. Su tertulia literario-artística debió ser muy concurrida mientras su salud y edad se lo permitió, además de ser un remanso de libertad en los duros años del reinado de Felipe II, de cuya amistad, y especialmente de la de su hija Isabel Clara Eugenia, gozaba.
El Oratorio es el único monumento artístico de carácter religioso de Juan de Villanueva.
La segunda coordenada de comprensión artística es la Real Academia de Bellas Artes de San Fernando: por encima de otras consideraciones, el Real Oratorio es un producto genuino de la Academia y no sólo de D. Juan de Villanueva.
El Oratorio pertenece a la generación más neoclásica formada en el reinado de Carlos III. Es la formada por los fundadores y pulida en Italia la que formará la tercera generación que entrará de lleno en la realización del Oratorio y que apenas sobrevive a las duras circunstancias de la guerra con Napoleón. Zacarías González Velázquez es considerado en las actas del Oratorio como el pintor de más proyección en la Corte en el momento que es recomendado para pintar la cúpula del Oratorio.
En cuanto a los diversos estudios previos sobre el Real Oratorio, entre otros el de Elías Tormo (Las iglesias de Madrid, 1927), destacamos la amplia información realizada por Fernando Chueca Goitia en su obra La vida y obras del arquitecto Juan de Villanueva. Y no puede omitirse en esta breve relación el excelente trabajo, quizás el más completo sobre el Oratorio, del catedrático de la Universidad de Valladolid Carlos Montes, El Real Oratorio del Caballero de Gracia en Madrid, del que en el Boletín de la Real Academia de San Fernando publicó un resumen en 1993. Por lo que se refiere a la pintura, nos remitimos al trabajo ya citado de Graciliano Roscales Olea, Noticias sobre la pintura del Real Oratorio del Caballero de Gracia, Academia, Boletín de la Real Academia de San Fernando, II Semestre de 1994, Num. 79.
Entre las personas que formaban parte de la Junta de Gobierno de la hoy llamada Asociación Eucarística del Caballero de Gracia citamos a José Lemayre (Secretario de la Junta de Gobierno), Pedro de Silva (Coadjutor) y el Marqués de Valdeolmos (Hermano Mayor).
Los arquitectos que trabajaron en el Oratorio, además de Juan de Villanueva como arquitecto principal, fueron Antonio de Abajo (Arquitecto 2º), Pedro Arnal (desde diciembre de 1794, sustituyendo a Villanueva), Julián Bercenilla (Arquitecto auxiliar) y Custodio Moreno (Arquitecto de la fachada principal).
Entre los pintores, de los que hablaremos más adelante al citar sus obras, recordamos a Zacarías González Velázquez, José Beratón, José Camarón y José López Enguídanos.
Escultores de diversas obras del Oratorio fueron José Tomás, Manuel Álvarez de la Peña y Federico Zazo.
Otros artistas de diversos oficios relacionados con el Oratorio son Francisco Javier Meana (escayolas), y Manuel Salvador Carmona, Juan Antonio Salvador Carmona y Bartolomé Vázquez (grabadores) y Antonio Pissarello (orfebre).
C. del Caballero de Gracia, 5, 28013 Madrid