“Si no halláis gusto en el cumplimiento de la voluntad de Dios que es lo bueno, sino que vuestro gusto y apetito se va al cumplimiento de vuestra voluntad, habéis de pedir y suplicar a Dios, no que os conceda lo que vos queréis, sino que os dé gusto en el cumplimiento de su voluntad, que es lo bueno y lo que os conviene”.
(P. Alonso rodríguez, “Ejercicio de perfección y virtudes cristianas”, p. 468)