Las células gliales son un tipo de células que se encuentran en el Sistema Nervioso Central. Su función es similar a la del sistema inmune periférico, ya que detectan señales de alarma y activan un mecanismo de defensa que conlleva la liberación de sustancias proinflamatorias y pronociceptivas. En un principio, no se conocían con exactitud sus funciones específicas, pero se pensaba que podrían estar involucradas en mantener la estructura del Sistema Nervioso Central y en funciones nutricionales y de limpieza para las neuronas. Sin embargo, en la actualidad se ha descubierto que tienen una función más importante de lo que se creía en la modulación y cronificación del dolor.
En la médula espinal, estas células se activan por señales químicas procedentes de las neuronas, convirtiéndose en células secretoras que liberan sustancias proinflamatorias similares a las del sistema inmune periférico. Estas sustancias tienen receptores específicos en las neuronas espinales encargadas de transmitir la información nociceptiva, lo que contribuye a la activación de las neuronas espinales, la cronificación del dolor y la sensibilización central. Aunque en un principio se desconocían sus funciones específicas, ahora sabemos que las células gliales son un componente clave en la respuesta inflamatoria del Sistema Nervioso Central.
Pío del Río Hortega, un discípulo de Cajal, fue uno de los primeros investigadores en darse cuenta de que el llamado «tercer elemento», unas células sin dendritas que no podían ser neuronas, eran capaces de inmigrar al tejido nervioso, acomodar su forma a los resquicios y actuar como macrófagos, adquiriendo nuevos aspectos. Esta descripción tan detallada, que data de finales del siglo XIX, ya sugería que estas células podrían comportarse como células del sistema inmune. Como se demostraría más de 100 años después con los trabajos de la Dra. Linda Watkins, estas células son capaces de provocar una verdadera neuroinflamación en el Sistema Nervioso Central, lo que contribuye a la aparición de los procesos de sensibilización y cronificación del dolor.