Hace unos meses decidí hacer un viaje a Bristol, una ciudad situada al suroeste de Inglaterra que había oído hablar maravillas.
Al llegar, lo primero que me impresionó fue el puerto de la ciudad, lleno de vida y actividad. Desde allí, caminé hasta el famoso puente colgante de Clifton, que ofrece una vista impresionante del río Avon y sus alrededores.
Después, visité el museo de arte contemporáneo de la ciudad, que alberga obras de artistas reconocidos a nivel internacional. También recorrí el centro histórico, con sus calles empedradas y casas de estilo georgiano, lo que me transportó a otra época.
Por la noche, me fui de tapas por el barrio de Clifton, donde pude degustar la gastronomía local y probar el famoso gin tonic de Bristol.
También visité el Museo de Bristol, que cuenta la historia de la ciudad desde sus orígenes hasta la actualidad, y el espectacular acuario de Bristol, donde pude ver a diferentes especies marinas y conocer la fauna del río Avon.
Otro día durante el viaje, hice una actividad con canoas y también vi un partido de rugby.
Mi experiencia fue muy positiva y recomiendo el viaje.