Había una vez una tortuga llamada Tortugullín que vivía en un pequeño lago en un bosque. Un día, Tortugullín escuchó hablar de la Casa Blanca, el hogar del presidente de los Estados Unidos, y decidió que quería visitarla.
Así que, con su valentía y determinación, Tortugullín emprendió un viaje hacia la Casa Blanca en Washington D.C. Fue un viaje largo y difícil, pero Tortugullín no se rindió y finalmente llegó a la puerta de la Casa Blanca.
Sin embargo, cuando llegó allí, descubrió que la Casa Blanca estaba rodeada de guardias y cercas, y no podía entrar. Pero Tortugullín no se dejó vencer tan fácilmente. Usó su astucia y su habilidad para colarse en la Casa Blanca y, sin ser detectado, comenzó a explorar.
Recorrió los corredores y salones de la Casa Blanca, admirando sus hermosos muebles y artefactos. También conoció a muchos de los trabajadores y funcionarios de la Casa Blanca, quienes se sorprendieron al ver a una pequeña tortuga explorando el lugar.
Finalmente, Tortugullín se encontró cara a cara con el presidente de los Estados Unidos, quien estaba muy impresionado por la valentía y el ingenio de Tortugullín. El presidente Reagan invitó a Tortugullín a quedarse unos días en la Casa Blanca como su invitado especial y, desde entonces, Tortugullin se convirtió en una figura popular en Washington D.C.
Así es como Tortugullín, la pequeña tortuga valiente, vivió la aventura de su vida en la Casa Blanca y se convirtió en un héroe para todos aquellos que escucharon su historia.