Tortugullín era una tortuga muy curiosa y aventurera. Durante la Segunda Guerra Mundial, decidió viajar por todo el mundo para ver de primera mano lo que estaba sucediendo. Un día, mientras viajaba por Francia, se encontró con un grupo de niños que estaban huyendo de los soldados nazis.
Tortugullín se dio cuenta de que los niños estaban asustados y necesitaban ayuda, así que decidió acompañarlos en su viaje hacia un lugar seguro. Viajaron juntos durante días, escapando de los peligros de la guerra y buscando refugio en la noche.
Finalmente, llegaron a un pueblo pequeño y seguro donde los niños pudieron descansar y recuperarse. Pero Tortugullín sabía que aún había mucho trabajo por hacer, así que decidió unirse a los esfuerzos de la Resistencia Francesa para ayudar a liberar a Francia del control nazi.
Durante el resto de la guerra, Tortugullín participó en misiones peligrosas y ayudó a llevar mensajes clandestinos y suministros a los combatientes de la Resistencia. Gracias a su coraje y determinación, muchos soldados y civiles fueron salvados y la liberación de Francia fue posible.
Después de la guerra, Tortugullín regresó a su hogar y contó sus aventuras a todos sus amigos. Fue considerado un héroe por muchos y recordado por siempre como un ejemplo de valentía y sacrificio.