En la quietud de la memoria, tu luz brilla eternamente, querida prima. Las palabras se quedan cortas para expresar la magnitud de la pérdida, pero tu legado de amor y alegría vive en cada corazón que tuviste el privilegio de tocar.
Descansa en paz, en el abrazo sereno de la eternidad. Que cada recuerdo compartido sea un tesoro que ilumine el camino en esta nueva jornada. Tu ausencia física es palpable, pero tu espíritu vive en la risa, en la música y en cada suspiro de la brisa.
Recordaremos tus risas, tu amabilidad y la luz única que aportaste a nuestras vidas. Las lágrimas que derramamos son la expresión de un amor que trasciende el tiempo y el espacio. Aunque te despedimos en el plano terrenal, tu esencia perdura en el tejido mismo de nuestras memorias.
Descansa en paz, prima querida. Que encuentres la serenidad que buscabas y que el viaje al más allá sea tan hermoso como la huella que dejaste en este mundo.
Con amor y despedida,
[Tu Nombre]