A principios de 1875 Don Bosco viendo que la escasez de vocaciones para el sacerdocio era muy grande, estaba interesado en aceptar a hombres ya mayores de edad, deseosos de ser sacerdotes y fervorosos. Pidió a Dios que le iluminara y la respuesta fue este sueño que él narró al principio de este mismo año:Mientras me preguntaba: ¿Quién sabe cuántos de nuestros jovencitos llegarán al sacerdocio?, escuché una voz que me decía: – Observa las listas de los estudiantes y compare.
Me dediqué a observar en las listas de los estudiantes y llegué a la conclusión: que de cada cien jovencitos que empezaron a estudiar con deseos de ser sacerdotes, sólo 15 llegaron al sacerdocio. Y que en cambio cada 10 hombres ya mayores que vinieron a hacerse sacerdotes, 8 llegaron al sacerdocio.
Nota: Desde entonces Don Bosco se propuso abrir una casa para los hombres mayores que desearan llegar al sacerdocio. Es lo que él llamaba: “Vocaciones tardías”, y de aquella casa salieron muchos y muy Santos sacerdotes para la comunidad y para las misiones. Él dice que quiso saber quién era la que le había hablado diciéndoles que mirara y comparara las listas de los estudiantes. Con esto parece que fue la Virgen Santísima la que le dio esta recomendación.