Tamara o Tamar (en georgiano თამარი [Tamari]; c. 1160-18 de enero de 1213) fue reina de Georgia de 1184 hasta su muerte, período en el que la Edad de Oro de Georgia (siglos xi y xiii) alcanzó su apogeo. Miembro de la dinastía de los Bagrátidas, su posición como la primera mujer en gobernar Georgia por derecho propio era enfatizada con el título de mepe (მეფე, «rey») en sus menciones en manuscritos georgianos medievales.
La proclamaron heredera de su padre Jorge III en el 1178, momento en el que comenzó a gobernar junto a él. Cuando Jorge falleció, la nobleza mostró su decidida oposición a que conservase el trono en calidad de monarca. Tamara, empero, logró desbaratar a sus adversarios de la aristocracia y emprendió una audaz política exterior, que se vio favorecida por la decadencia del Imperio selyúcida, hostil a Georgia. Aprovechando las victorias de sus predecesores y la disponibilidad de un ejército poderoso, formó un imperio que dominó el Cáucaso hasta su caída dos décadas después del fallecimiento de la reina, a causa de las invasiones mongolas.
Contrajo matrimonio en dos ocasiones. Su primer matrimonio con el príncipe de la Rus de Kiev, Yuri Bogoliubski, duró desde 1185 hasta 1187, cuando lo expulsó del país; en años posteriores, Bogoliubski intentó derrocarla al incitar varias rebeliones. Para su segundo marido, Tamara eligió, en 1191, al príncipe alano David Soslan, con quien tuvo dos hijos, Jorge y Rusudán, los dos monarcas sucesivos en el trono de Georgia.
El período de éxitos políticos y militares y logros culturales asociado con su reinado, en combinación con su rol de gobernante femenina, han llevado a su idealización y romanticismo en las artes georgianas y la memoria colectiva. Sigue siendo un símbolo importante en la cultura popular georgiana y ha sido canonizada por la Iglesia ortodoxa georgiana como «santa y justa reina Tamara» (წმიდა კეთილმსახური მეფე თამარი [ts’mida k’etilmsakhuri mepe Tamari]).