Matilde de Canossa (en latín: Mathildis; Mantua, 1046 – Bondeno di Roncore, 24 de julio de 1115), llamada la Gran Condesa o también conocida como Matilde de Toscana, fue una noble italiana, que destacó como la mayor aliada del papa Gregorio VII durante la Querella de las Investiduras y participó en la mediación entre el citado papa y el emperador Enrique IV en la llamada humillación de Canossa.
Matilde de Canossa, también duquesa y margravina, fue una poderosa señora feudal y una de las mujeres más influyentes de la Edad Media por sus actuaciones políticas y militares. Llegó a dominar todos los territorios italianos al norte de los Estados de la Iglesia. En 1076 tomó posesión de un vasto territorio que comprendía Lombardía, Emilia-Romaña y la Toscana, con su centro en Canossa.
Era hija del marqués Bonifacio III de Toscana y de Beatriz de Lotaringia, hija a su vez de Federico II, duque de la Alta Lotaringia.
Se casó en 1071 con Godofredo, llamado «el Jorobado», duque de la Baja Lotaringia, que murió en 1076, y posteriormente se volvió a casar en 1089 con Guelfo II, duque de Baviera.
Murió de gota en 1115. Fue enterrada en la Abadía de San Benedicto Polirone en San Benedetto Po, pero en 1633, por voluntad del papa Urbano VIII, fueron trasladados sus restos al Castillo Sant’Angelo en Roma.
Finalmente, en 1645, la trasladaron de nuevo a la Basílica de San Pedro en el Vaticano, a una suntuosa tumba esculpida por Bernini, siendo una de las pocas mujeres, junto con la reina Cristina de Suecia, que se encuentran sepultadas allí.