María de Cleofás, conocida así por ser la esposa de Cleofás, fue una mujer que estuvo presente en la crucifixión de Cristo. Vivió en el siglo i y habría sido una de las discípulas de Jesús de Nazaret que lo habían seguido y ayudado desde que estaba en Galilea. Si se la identifica con la María, madre de Santiago y José de los sinópticos, sus hijos habrían sido esos y posiblemente otros más.
En el Martirologio romano María de Cleofás es elogiada como una de las santas mujeres que se dirigieron al sepulcro donde había sido enterrado Jesús y recibieron el primer anuncio de la resurrección.1 Se cree también que ella y María Magdalena fueron quienes vieron por primera vez a Jesús resucitado y llevaron la noticia a los apóstoles.