“En nuestra vida hemos de hacer espacio al Salvador eucarístico para que Él pueda transformar nuestra vida en si Vida.
¿Acaso significa esto pedir demasiado?
En nuestra vida encontramos tiempo para tantas cosas inútiles: para leer cosas sin valor en los libros, revistas o diarios; para pasarnos horas enteras en los cafés, o para malgastar un cuarto o una media hora en la calle: todas “distracciones en las que se desperdicia tiempo y fuerzas de modo fragmentario
¿No será posible ahorrar una hora en la mañana, en la cual recogerse en vez de distraerse, en la que no se malgasten las fuerzas, sino que se ganen para cubrir los esfuerzos de la jornada?”