No olvidar documentos precisos para ser atendido allá donde vayas si tienes algún problema de salud. Si tienes contratado algún seguro privado específico de Atención Sanitaria, no olvides la correspondiente tarjeta identificadora.
Comprobar si la agencia de viaje que has contratado comporta un seguro de atención sanitaria y los términos del mismo.
Si padeces algún problema crónico de salud, no dejes de acudir a tu médico de cabecera o especialista para comentarle la conveniencia o no del viaje.
Emplea un tiempo en estudiar si la zona a visitar supone un riesgo sanitario concreto y requiere alguna precaución específica.
Si te mareas y el viaje es en coche es preferible hacerlo durante la noche o en las primeras horas de la mañana, haciendo paradas periódicas para estirar las piernas.
Si viajas en barto, lo mejor es hacer reposo tumbado en el camarote, con salidas periódicas para caminar algo y tomar el aire, o bien mantenerse cercano al centro del puente de mando, donde se amorrituan más los movimientos de flotación del barco.
El viaje en avión se tolera mejor en los lugares situados cerca de las alas.
Si las condiciones del viaje son malas, es decir turbulencias, mar picado, carretera con curvas, entonces lo mejor es tomarse algo específico una hora antes del viaje.
Si durante el viaje en avión tienes dolor de oídos por hipertensión lo mejor es la maniobra de Valsalva, la maniobra de Toynbee, la maniobra de Frenzel, comer un caramelo, etc.
Existen algunos síndromes del viajero que hay que tener en cuenta como: el síndrome de los husos horarios, la diarrea del viajero y el mal de altura.