Debemos recordar muy bien y para toda la vida, ya desde los primeros años de nuestra existencia, dos cosas fundamentales:
- La primera, que la visualización, la imaginación y hasta el pensamiento sin la acción eficaz, sin la práctica constante y bien orientada, no conduce al éxito.
- La segunda, que «todos nuestros actos tienen consecuencias» y que la acción sin reflexión, sin meditación ni serenidad y sin unas actitudes y principios inteligentes y llenos de sabiduría que la orienten, puede convertirse en un círculo de problemas y causar mucho dolor si nos guía la precipitación y la irreflexión.
Bernabé Tierno.