Ofrecemos ahora un breve extracto de la impresionante y reveladora obra de A. GASPARI, Los judíos, Pío XII y la leyenda negra. Historia de los hebreos salvados del Holocausto (col. «Planeta-Testimonio», ed. Planeta. Barcelona, 1998) transcribo un fragmento de unas declaraciones de Albert Einstein, que no conocía, y que me han causado un profundo impacto.
Se inscriben en el marco de una entrevista concedida a la revista norteamericana «Time», en la que el premio Nobel agradece la labor de resistencia desplegada por la Santa Sede frente al nazismo emergente.
Siendo un amante de la libertad, cuando llegó la revolución a Alemania miré con confianza a las universidades sabiendo que siempre se habían vanagloriado de su devoción por la causa de la verdad. Pero las universidades fueron acalladas.
Entonces miré a los grandes editores de periódicos que en ardientes editoriales proclamaban su amor por la libertad. Pero también ellos, como las universidades, fueron reducidos al silencio, ahogados a la vuelta de pocas semanas. Sólo la Iglesia permaneció de pie y firme para hacer frente a las campañas de Hitler para suprimir la verdad.
Antes no había sentido ningún interés personal en la Iglesia, pero ahora siento por ella gran afecto y admiración, porque sólo la Iglesia ha tenido la valentía y la obstinación de sostener la verdad intelectual y la libertad moral.
Debo confesar que lo que antes despreciaba ahora lo alabo incondicionalmente.
(Declaración de Albert Einstein, publicada por «Time Magazine» el 23 de diciembre de 1940)