«¡No os lamentéis más! Yo me haré abogada vuestra junto a mi Hijo. Nunca jamás la tristeza porque yo he traído al mundo la alegría. He nacido para derribar el reino del dolor, yo, la llena de gracia. Poned freno a las lágrimas, aceptadme como mediadora ante Aquél que ha nacido de mí, porque el autor de la alegría es el mismo Dios generado desde la eternidad. No os atormentéis más, eliminad cualquier miedo: iré yo, llena de gracia, a Él, Y le hablaré.»