Luchamos por la paz en todos los frentes
Una parte del espíritu cristiano es la lucha ascética: el «hacerse violencia» para educarse, para adquirir hábitos positivos. Ya decía San Pablo que el cielo es para los que violenti, rapiunt (para los que lo arrebatan a la fuerza).
Chateaba con Feno, un amigo, y afirmaba que él no era cristiano por que yo no había logrado convencerle. Se encontró con un argumento diferente: el problema es tuyo, Feno: tú todavía no has logrado encontrar una verdad que realmente te satisfaga. Te sugiero que te esfuerces más, no sea que te llegue la hora y no lo hayas conseguido.
He aquí un magnífico cuento que nos invita a pensar en el Violenti Rapiunt…
…. igual que nadie esperaba con tanta desazón y pululante miedo el nacimiento de Jesús como cierto reyezuelo llamado Herodes. Aunque la iconografía cristiana ha querido recordar la Navidad como la manifestación de una paz que anega los corazones de los hombres, lo cierto es que la Navidad también es una declaración de guerra sin cuartel al Enemigo, que inspira a Herodes designios criminales, sabedor de que esa noche ha comenzado la cuenta atrás de su dominio. Los hombres de buena voluntad -los ingenuos pastores, los magos venidos de Oriente- celebraron con alborozo la llegada de Jesús; pero nadie lo celebró tan a lo grande como Herodes, quizá porque nadie lo aguardaba con tanto horror. La Navidad no es tan sólo un acontecimiento festivo o pacifista; hay algo en ella retador, algo que obliga al Mal a retorcerse en su nido de áspides, algo que hace que las bruscas campanas de la medianoche suenen como los cañonazos de una batalla que acaba de ganarse.
Extraído de aquí…