«Llamó a los que él quiso y vinieron a Él» (Mc 3, 13). Este «venir», que se identifica con el «seguir» a Jesús, expresa la respuesta libre de los doce a las llamada del Maestro. Así sucede con Pedro y Andrés; les dijo: «»Venid conmigo y os haré pescadores de hombres». Y ellos al instante, dejaron las redes y le siguieron» (Mt 4, 19-20). Idéntica fue la experiencia de Santiago y Juan (cf. Mt 4, 21-22). Así sucede siempre: en la vocación brillan a la vez el amor gratuito de Dios y la exaltación de la libertad del hombre; la adhesión a la llamada de Dios y su entrega a Él.